En este artículo queremos abordar la importancia de la identificación temprana de las desviaciones en el desarrollo en los niños desde el momento de su nacimiento hasta los tres años. Los niños que presentan un retraso en el desarrollo pueden entrañar un riesgo para ser identificados posteriormente y ya en edad escolar como una persona con dificultades de aprendizaje.
Estos retrasos son patrones atípicos en el desarrollo de las habilidades cognitivas, comunicativas, motoras y sensoriales y de ajuste social que pueden afectar negativamente el rendimiento educativo posterior.
El desarrollo de estas áreas pueden estar relacionadas con las diferencias individuales, los patrones de maduración, los factores ambientales (como la calidad de las oportunidades de aprendizaje y el ambiente familiar).
Las dificultades de aprendizaje se definen como un grupo heterogéneo de trastornos de origen neurológico que se manifiestan de manera diferente y en distinto grado en el ciclo de vida de un individuo. Estos trastornos generalmente se presentan en los primeros años de vida y pueden persistir en la vida adulta. Los primeros indicadores de las dificultades de aprendizaje son los restrasos en la aparición y desarrollo del habla, en la coordinación motora, en la percepción y en la interacción social.
La identificación temprana.
Los ritmos de desarrollo en cada niño son diferentes, el desarrollo en bebés, y en niños de edad preescolar presenta una amplia variabilidad en los patrones de maduración y adquisición de conductas.
Para algunos niños, las diferencias y los retrasos en las habilidades son temporales y se resuelven en el curso normal del desarrollo. Para otros niños, los retrasos pueden persistir en diferentes ámbitos de funcionamiento, lo cual hace necesaria la remisión del niño para una evaluación integral.
Por lo tanto, los niños pequeños que presentan dificultades en el desarrollo temprano puede o no estar en riesgo de presentar dificultades de aprendizaje.
A menudo durante los primeros años cuando la familia sospechan de un problema comparten sus inquietudes con profesionales cualificados. Sin embargo, algunas familias pueden negar la existencia de un problema por temor e incertidumbre. La cooperación de la familia es fundamental para la identificación temprana. Por lo tanto, los profesionales deben reconocer y ser sensible a las diferencias en las respuestas de la familia, incluidas las diferencias culturales en la visión y en el hacer frente a una discapacidad y proporcionar el apoyo adecuado.
El proceso de identificación incluye (1) el análisis, (2) la búsqueda de la presencia de indicadores de riesgo y factores protectores, (3) la observación sistemática, y, si está indicado, (4) una evaluación completa. Un programa eficaz de detección temprana debe tener en cuenta los numerosos factores biológicos, ambientales y culturales que pueden influir en el curso del desarrollo del niño.
Los indicadores de riesgo y factores protectores.
Una amplia gama de factores biológicos, genéticos y perinatales y de condiciones ambientales pueden ser indicadores de riesgo (es decir, señales de advertencia).
Sin embargo, los indicadores de riesgo no siempre predicen qué los niños tendrán problemas de aprendizaje en un futuro. Los indicadores de riesgo deben considerarse dentro del contexto de las típicas expectativas de desarrollo. Por ejemplo, la incapacidad para seguir instrucciones sencillas no es un indicador de riesgo para un niño de 6 meses de edad, pero lo es para un niño de 4 años, especialmente en combinación con otros indicadores de riesgo, tales como una pobre coordinación motora fina.
Por otro lado tenemos los factores de protección que reducen los riesgos y pueden incidir positivamente en los niños y en las familias que se encuentran en circunstancias de riesgo. Por ejemplo, algunos niños con un historial de complicaciones en el parto pueden presentar típicos patrones de desarrollo y requieren pocos o ningún servicio especial, mientras que otros niños sin estos antecedentes pueden tener dificultades para aprender y pueden requerir una evaluación formal.
Los niños considerados dentro del grupo riesgo y que presentan múltiples indicadores no pueden mostrar problemas de aprendizaje si reciben una intervención educativa y experiencias de aprendizaje tempranas.
A continuación, presentamos una lista (aunque no está todo incluido) de posibles indicadores de riesgo y factores protectores de las dificultades de aprendizaje en los lactantes, niños pequeños y niños en edad preescolar:
Indicadores de riesgo.
Afecciones perinatales:
- Bajos puntajes en Apgar.
- Bajo peso al nacer y / o el parto prematuro.
- Hospitalización por más de 24 horas en una unidad de cuidados intensivos neonatales.
- Dificultad para succionar, succionar y tragar.
- La otitis media crónica que puede resultar en la pérdida de audición intermitente.
Genética o condiciones ambientales:
- Antecedentes familiares de dificultades de aprendizaje.
- Adopción.
- Antecedentes familiares de retrasos en el habla.
- La exposición a toxinas ambientales u otras sustancias nocivas.
- Pobreza.
Acontecimientos importantes del desarrollo:
- El retraso en las habilidades cognitivas.
- Que no demuestra la permanencia del objeto.
- Comprensión limitada de las relaciones entre medios y fines (por ejemplo, usar un taburete para llegar a un tarro de galletas).
- La ausencia de juego simbólico.
Retraso en la comprensión y / o expresión del lenguaje hablado:
- Vocabulario limitado.
- Reducción del vocabulario expresivo ("habladores tardíos").
- Dificultad para entender instrucciones simples.
- Carencia de prosodia en el habla.
- Habla inteligible.
- Escasos intentos de comunicación.
Retraso en la percepción y habilidades motoras:
- Los problemas en la coordinación motora gruesa o fina (por ejemplo, saltar, vestirse).
- Dificultad para colorear, y dibujar.
La atención y el comportamiento:
- Distracción / falta de atención.
- Impulsividad.
- Hiperactividad.
- Dificultad para cambiar las actividades o las interrupciones a las rutinas.
- Perseverancia (es decir, la repetición constante de una idea).
Los factores de protección:
- El acceso a una atención de calidad pre-, peri-y postnatal
- La educación materna y paterna.
- Alta calidad de las oportunidades de aprendizaje.
- La exposición a un vocabulario rico y variado, y correcto en la sintaxis y los patrones de discurso.
- Adecuación a los entornos de aprendizaje sensibles a los orígenes culturales y lingüísticos.
- El acceso a materiales escritos.
- La participación en las distintas interacciones grupales.
- La participación en las actividades que impliquen el desarrollo de las destrezas motoras gruesas y finas.
Múltiples soportes:
- Asistencia adaptada a la capacidad de respuesta del niño a la instrucción e intervención.
- El acceso a los servicios de salud.
- Planificación de la transición entre los servicios de intervención temprana (desde el nacimiento hasta los 3 años) y programas preescolares (3-5 años), y entre la escuela infantil y primaria.
- Coordinación de servicios.
En resumen, los indicadores de riesgo no predicen necesariamente un problema de aprendizaje o indicar la existencia de una discapacidad, sobre todo cuando un sólo indicador está presente.
los niños en situación de riesgo, que pueden o no tener una dificultad de aprendizaje necesitan recibir servicios cuidadosamente planificados y sensibles y diferentes apoyos para mejorar sus oportunidades de aprendizaje.
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