Desde pequeños los niños son bombardeados con mensajes publicitarios, están expuestos a diversas estrategias de marketing: envases de colores en el supermercado, juguetes en los restaurantes de comida rápida, anuncios en la televisión etc. Es imposible escapar de la publicidad. No es de extrañar que desde pequeñitos comiencen a reconocer los logos y las marcas antes de comenzar a hablar.
Los niños son un blanco de los vendedores. Actualmente los pequeños tienen una influencia significativa en las compras familiares. Los expertos en marketing lo saben y conocen la capacidad de los niños de dar la “lata” a los padres hasta conseguir un objetivo. Por ejemplo, si un niño pide un juguete treinta veces al día durante una semana, lo más probables es que sus padres se rindan y terminen por comprárselo.
La industria del marketing cuenta con un segmento dedicado a encontrar la manera de vender cosas a los niños. Estos fueron identificados como destino del mercado en los años 60, y el concepto ha seguido aumentando en popularidad.
Un niño ve alrededor de dos horas diarias de televisión y ve más de 20.000 anuncios al año. Las estrategias de ventas se han sotisficado cada vez más y utilizando las investigaciones en psicología del desarrollo conocen las vulnerabilidades específicas de cada edad para hacer sus mensajes muchos más potentes:
Hasta los cuatro o cinco años, la mayoría de los niños no entienden la diferencia entre el entretenimiento y la publicidad. Ven anuncios comerciales y programas de televisión con la misma intención. Los anuncios dirigidos a este grupo asocian la marca o el producto con la diversión y la felicidad, en vez de hablar del producto real.
Los niños no desarrollan un concepto de las creencias, deseos y motivos que otras personas poseen (teoría de la mente) hasta los seis años de edad. Es difícil para los niños menores de siete u ocho años entender que la intención de la publicidad es conseguir que las personas compren cosas.
Desde los ocho a los doce años, ya comienzan a entender el propósito de los anuncios. Empiezan a desarrollar el sentido de la identidad. “Aspiran” algunos objetivos del marketing en su deseo de ser mayores.
Los adolescentes están tratando de diferenciarse de sus padres y encajar en su grupo de pares. El marketing dirigido a los adolescentes se centran en las “inseguridades adolescentes” o en que se pueden tener cualidades como el desafío de la conformidad para vender sus productos.
Los niños con discapacidades del desarrollo o problemas de impulsividad puede ser aún más vulnerables a los mensajes publicitarios que otros niños de su misma edad.
En países como Canadá, en el 2003 la Sociedad Canadiense de Pediatría emitió una declaración de posición sobre el impacto de los medios de comunicación sobre los niños y jóvenes que provocó reacciones acerca de la publicidad. En 2004, una coalición de grupos de salud canadienses pidió la prohibición de publicidad dirigida a niños menores de 13 años. Quebec ya ha prohibido la publicidad impresa enviada a los niños menores de 13 años, aunque los niños sin duda pueden ver la publicidad de otras fuentes.
Es casi imposible proteger completamente a los niños de los mensajes de marketing. El marketing es una parte inevitable del mundo en que vivimos, sin embargo, los padres pueden dar a sus hijos las herramientas para ayudarles a hacer frente a la publicidad . La "Media Awareness Network", y la Sociedad Canadiense de Pediatría tienen muchas sugerencias :
- Limite la exposición a la televisión a una o dos horas diarias.
- No permita tener televisores en las habitaciones.
- Ayude a los niños a comprender las estrategias utilizadas por los anunciantes. Hable con los niños sobre anuncios concretos: "¿Cómo ves a la persona del anuncio? ¿Quieres ser como uno de ellos? ¿Crees que te podrías sentir de esa manera sin comprar el producto?.
- Hable con sus hijos de cómo pueden ser consumidores responsables al saber lo que es bueno para ellos y los qué no lo es, lo que es bueno para el medio ambiente, y lo que es una buena relación calidad-precio.
- Antes de ir de compras, decida exactamente qué se va a comprar, incluyendo bocadillos y golosinas. Tener una lista que se ha discutido previamente hace que sea más fácil evitar compras impulsivas y establecer límites en la tienda.
- Reflexione acerca de sus propios hábitos de consumo ,y cambiélos si es necesario. Los niños aprenden de los padres.
- Asegúrese de que el tiempo de televisión e Internet se equilibra con el tiempo en familia, la lectura, las actividades al aire libre.
Vía | Don´t Buy it
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