miércoles, 20 de octubre de 2010

Eligiendo buenos juguetes



Elegir los juguetes más adecuados para los niños (as) no siempre es una tarea fácil. El mercado está inundado de miles de opciones; unos juguetes son buenos (seguros, divertidos y concebidos con un claro propósito pedagógico) y otros no los son tanto.


Es importante recordar que el mejor juguete no es necesariamente el más caro, sino el que, además de seguro se adapta a las necesidades del niño (edad, gustos, intereses, etc.) y le aporta diversión y entretenimiento.


En esta complicada tarea de elegir “buenos juguetes”, pueden ayudar las siguientes consideraciones generales propuestas por los expertos del Instituto Tecnológico del Juguete (AIJU1):



  1. Que sean seguros, duraderos, atractivos, manejables y con instrucciones completas y comprensibles.


  2. Que sean divertidos, entretenidos y atractivos para los niños (as) a los que están destinados.


  3. Que estén concebidos con visión pedagógica y no transmitan valores negativos (sexismo, racismo, violencia, entre otros).


  4. Que permitan al niño ser el protagonista del juego.


  5. Que se adecuen a la edad, los gusto y las necesidades de los niños (as) que van a utilizarlos.


Sin embargo, hay que tener en cuenta que “el mejor de los juguetes no siempre es adecuado para todos los niños”, por tanto, las decisiones finales requieren la observación de los niños (as) a los que se destinan; sólo así se podrá saber que les interesa, que les conviene y que les puede resultar de mayor utilidad en su proceso de formación como persona.

Tomando en cuenta las etapas del desarrollo infantil, los juguetes se pueden clasificar en cuatro grandes categorías a lo largo de las cuales los niños (as) van adquiriendo progresivamente habilidades y competencias que se acumulan en el tiempo hasta mezclarse en un todo en la edad adulta. Estas categorías propuestas en el Método ESAR2 son:

1. JUEGOS DE EJERCICIOS:

Son los primeros juegos que realiza un bebé
Consisten en la repetición de una acción por el placer de los resultados inmediatos. Con estos juegos, los pequeños se ejercitan con un objeto para obtener resultados sonoros y sensoriales y por el placer de manipular y de moverse.
Aunque la etapa por excelencia para disfrutar con estos juegos son los tres primeros años de vida, siguen estando presentes en edades posteriores.
Los juguetes de esta categoría favorecen la manipulación, la coordinación entre la mano y el ojo, el desarrollo de los sentidos, la coordinación de distintos tipos de movimientos y desplazamientos, la percepción de la relación causa-efecto y la autosuperación ya que, en este tipo de juegos, cuanto más se practica, mejores son los resultados.
Los juguetes, en esta categoría, incluyen, entre otros: sonajeros, móviles de cuna, juegos de manipulación, andadores, correpasillos, pelotas, patines, bicicletas, triciclos, trompos y peonzas.

2. JUEGOS SIMBÓLICOS:

Comienzan a observarse a partir de los 2 años de edad y se van haciendo cada vez más complejos hasta que el niño (a) alcanza, aproximadamente, los 8 años, momento en que su interés por ellos va disminuyendo.
Implican la representación de un objeto por otro y la simulación de acontecimientos imaginarios o de escenas reales a través de roles y personajes ficticios. Son juegos de imitación de los adultos, de “hacer como si” fueran mamás, papás, médicos, maestros, bomberos o policías. En los primeros años, se centran en el entorno más próximo del niño (la familia, la casa, el colegio) y luego en otros ámbitos más amplios (profesiones, personajes de ficción, etc.).
Estos juegos son claves para que los niños (as) comprendan y asimilen el entorno que los rodea ya que con ellos aprenden y ponen en práctica lo que está bien o mal. Además, como estos juegos van asociados a la expresión verbal, favorecen el desarrollo del lenguaje, la imaginación y la creatividad, tanto si el niño (a) juega sólo como si juega acompañado.
Los juguetes relacionados con esta categoría son: muñecas, talleres mecánicos, naves espaciales, tocadores, disfraces; juegos de médicos, de cocinitas y cualquier otro que permita representar y/o reproducir el mundo de los adultos, ya sea real o imaginario.

3. JUEGOS DE ENSAMBLAJE:

El interés de los niños por este tipo de juegos se manifiesta progresivamente entre los 4 y los 7 años, y continúa más tarde con montajes cada vez más complejos.
Estos juegos requieren que los niños (as) realicen manipulaciones, movimientos y acciones coordinadas para encajar, ensamblar, superponer, apilar o juntar piezas, con el fin de construir algo. Al principio, las construcciones pueden ser muy simples y es posible que requieran la ayuda de un adulto, pero progresivamente van haciéndose más elaboradas y pueden guiarse por el seguimiento de secuencia de acciones y/o de las instrucciones que acompañan el juego.
Este tipo de juegos contribuyen a aumentar y a afianzar la coordinación entre el ojo y la mano, la diferenciación de colores y formas, el razonamiento y la organización espacial; favorecen la concentración, la atención, la reflexión, la paciencia, la capacidad para interpretar instrucciones; y fomentan la autoestima y la autosuperación.
Algunos juguetes incluidos en esta categoría son: puzles, rompecabezas, mecanos, “legos”, maquetas, etc. Lo importante es que tengan objetivos precisos y orientados a reproducir la realidad tal como el niño la concibe.

4. JUEGOS DE REGLAS:

Son juegos en los que, para lograr el objetivo, los jugadores deben conocer, respetar y seguir una serie de instrucciones o normas. La mayoría de ellos son colectivos aunque también los hay individuales.
El interés por este tipo de juegos comienza aproximadamente entre los 4 y los 7 años y va desarrollándose en complejidad hasta los 12.
Hacia los 4 años de edad, los niños (as) comienzan a seguir consignas y a respetar reglas simples, conquistando así la posibilidad de acceder a los juegos colectivos de reglas.
Inicialmente, estos juegos no deben implicar más de una consigna, por ejemplo: “cada uno a su turno”; posteriormente, pueden emplearse dos consignas simples y la ayuda de un adulto. Progresivamente, a medida que se van desarrollando las habilidades y destrezas de los niños (as), su interés se irá orientando hacia juegos de reglas con mayor número de consignas. A partir de los 12 años, destacarán las preferencias por los juegos de reglas complejas que aparecen en el último lugar del proceso evolutivo y son característicos de individuos más socializados ya que implican reglas abstractas difíciles de aplicar (juegos de reglas propios de la edad adulta).
Los juegos de reglas son fundamentales como elemento socializador, ya que enseñan a los niños a ganar y perder, así como a tomar en consideración las opiniones y acciones de los demás compañeros de juego. Además, favorecen el desarrollo del lenguaje, la memoria, el razonamiento, la atención y la reflexión.
La mayoría de los juguetes en esta categoría son juegos de mesa o de tablero, pero también incluyen otros como el golf, los juegos de puntería, los futbolines, las canastas, etc.. Entre los juegos de reglas simples se incluyen: loterías, dominós, parchís, cartas, la oca, los juegos de preguntas y respuestas sencillos, los juegos de vocabulario, etc.; y, entre los juegos de reglas complejas: el ajedrez y los juegos de estrategia.

Para finalizar, sólo podemos señalar que “elegir buenos juguetes”, es una tarea más compleja de lo que parece.










DATOS COMPLEMENTARIOS:

1. El Instituto Tecnológico del Juguete (AIJU)
es una institución sin ánimo de lucro que, entre otras actividades, publica una guía con información detallada sobre los juguetes de calidad más apropiados a las necesidades lúdicas y pedagógicas de los niños de 0 a 12 años y más.

2. El método ESAR, fue desarrollado por la psicóloga canadiense Denise Garon en 1982, y establece cuatro grandes categorías de juego que sintetizan las etapas del desarrollo infantil, a lo largo de las cuales los niños van adquiriendo progresivamente habilidades y competencias que se acumulan en el tiempo hasta mezclarse en un todo en la edad adulta.

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