viernes, 26 de noviembre de 2010

La ciencia del bebé

Interesante documental de National Geographic sobre el desarrollo humano.


miércoles, 24 de noviembre de 2010

La crianza con apego (Attachment parenting)



La crianza con apego (attachment parenting) es una frase acuñada por el pediatra norteamericano William Sears. Se trata de una filosofía de crianza basada en los principios de la teoría del apego.

De acuerdo a la teoría del apego, los bebés establecen un fuerte vínculo emocional con sus padres, un vínculo precursor de la seguridad y de la empatía en las relaciones personales en la edad adulta. Un inadecuado establecimiento de un vínculo seguro en la infancia puede conllevar a dificultades psicológicas.

La crianza con apego, propuesta originalmente por John Bowlby, afirma que el niño tiene una tendencia a buscar la cercanía a otra persona y se siente seguro cuando esa persona está presente y es sensible a cubrir sus necesidades tanto físicas como emocionales. Bowlby había propuesto en 1951 la hipótesis de que la privación materna no sólo causaba depresión en la niñez, sino también hostilidad e incapacidad para establecer relaciones saludables en la vida adulta. Dentro de esta teoría los niños biológicamente están “diseñados” a estar apegados a sus padres, no sólo para satisfacer sus necesidades sino porque son seres profundamente sociales.

Para la crianza con apego, existen ocho principios fundamentales que promueven la vinculación segura entre los padres y el niño. Aunque ninguno de estos principios se derivan directamente de la investigación inicial, se presentan como prácticas de crianza que dan lugar a una vínculo seguro.

viernes, 19 de noviembre de 2010

La escuela para padres como parte de los programas de orientación familiar

La orientación familiar se define como el conjunto de técnicas encaminadas a fortalecer las capacidades evidentes y las latentes que tienen como objetivo el fortalecimiento de los vínculos que unen a los miembros de un mismo sistema familiar, con el fin de que resulten sanos, eficaces y capaces de estimular el progreso personal de sus miembros y todo el contexto emocional que los acoge. (Ríos, G. 1994).

La orientación familiar puede llevarse a cabo en dos contextos: terapéutico, en este caso se refiere más a sesiones de terapia familiar, y también puede desarrollarse en contextos educativos. En este último caso las técnicas que se utilizan son básicamente formativas, puesto que a este nivel, la orientación familiar tiene unos objetivos educativos. Destacan las escuelas para padres y el asesoramiento familiar.

Escuela para padres.

La formación de padres se desarrollo cuando la psicología en el siglo XIX comenzó a ser consciente da la potencialidad que tienen los primeros años del desarrollo del niño. Pestalozzi, pedagogo suizo reformador de la pedagogía tradicional, recibió el título de Padre de la formación de padres, a comienzos del siglo XIX. En el siglo XX, existían programas concretos de educación familiar. Ya en los años sesenta se comienzan a considerar que los padres son aliados importantes en el proceso educativo de los hijos y comienza el desarrollo de los programas de intervención en la infancia.

En los años 80 aparece el término de dificultades de alto riesgo para el desarrollo, y con él los programas específicos de prevención de malos tratos, abandono, retraso mental... que incluían la participación de los padres. Actualmente existen una gran variedad de métodos y programas y en todos se reconoce el rol fundamental de la familia en el desarrollo del niño. Las Escuelas para Padres ofrecen un adecuado apoyo a los adultos para crear un clima de crianza adecuada.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Diez mandamientos para ser buenos padres


1. Demuéstrale lo mucho que le quieres.

Todos los padres quieren a sus hijos pero ¿se lo demuestran cada día?, ¿les dicen que ellos son lo más importante que tienen, lo mejor que les ha pasado en la vida? No es suficiente con atender cada una de sus necesidades: acudir a consolarle siempre que llore, preocuparse por su sueño, por su alimentación; los cariños y los mimos también son imprescindibles. Está demostrado; los padres que no escatiman besos y caricias tienen hijos más felices que se muestran cariñosos con los demás y son más pacientes con sus compañeros de juegos. Hacerles ver que nuestro amor es incondicional y que no está supeditado a las circunstancias, sus acciones o su manera de comportarse será vital también para el futuro.

Sólo quien recibe amor es capaz de transmitirlo. No se van a malcriar porque reciban muchos mimos. Eso no implica que dejen de respetarse las normas de convivencia.

2. Mantén un buen clima familiar.

Para los niños, sus padres son el punto de referencia que les proporciona seguridad y confianza. Aunque sean pequeños, perciben enseguida un ambiente tenso o violento. Es mejor evitar discusiones en su presencia, pero cuando sean inevitables, hay que explicarles, en la medida que puedan comprenderlo, qué es lo que sucede. Si nos callamos, podrían pensar que ellos tienen la culpa.

Si presencian frecuentes disputas entre sus padres, pueden asumir que la violencia es una fórmula válida para resolver las discrepancias.

3. Educa en la confianza y el diálogo.

Para que se sientan queridos y respetados, es imprescindible fomentar el diálogo. Una explicación adecuada a su edad, con actitud abierta y conciliadora, puede hacer milagros. Y, por supuesto, ¡nada de amenazas! Tampoco debemos prometerles nada que luego no podamos cumplir; se sentirían engañados y su confianza en nosotros se vería seriamente dañada. Si, por ejemplo, nos ha surgido un problema y no podemos ir con ellos al cine, tal como les habíamos prometido, tendremos que aplazarlo, pero nunca anular esa promesa.

4. Predica con el ejemplo.

Existen muchos modos de decirles a nuestros hijos lo que deben o no deben hacer, pero, sin duda, ninguno tan eficaz como poner en práctica aquello que se predica. Es un proceso a largo plazo, porque los niños necesitan tiempo para comprender y asimilar cada actuación nuestra, pero dará excelentes resultados. No olvidemos que ellos nos observan constantemente y "toman nota". No está de más que, de vez en cuando, reflexionemos sobre nuestras reacciones y el modo de encarar los problemas.

Asma y otoño.

Con la llegada del otoño llegan el frío y las lluvias y vuelven los catarros, los días de tos y el asma, que habíamos olvidado durante el verano.

El frío y la vuelta a la guardería, generalmente, llegan también acompañados de las infecciones. Los niños (as) con asma pueden contraer catarros o infecciones que provoquen la reaparición de la tos, la falta de aire, los pitos al respirar (sibilantes) o la dificultad para realizar ejercicio físico.

Aunque el frío no es igual en todos los lugares de España, los cambios climáticos (diferencias de humedad y temperatura) y la presencia de alérgenos (ácaros y pólenes) condicionan la aparición y/o agudización de los síntomas asmáticos, por lo que es importante estar prevenidos y así poder controlar o aminorar estas manifestaciones.

Cómo tratar una crisis de asma en el domicilio

Las crisis de asma son episodios de empeoramiento repentino o progresivo de los síntomas: aumento de tos, pitos, dificultad para respirar (con hundimiento o no de los espacios entre las costillas, el esternón y las clavículas), peor tolerancia al ejercicio y disminución de su FEM (si usa medidor de pico-flujo).

Ante esta situación es recomendable:
  • Estar tranquilos.

  • Iniciar, en el domicilio y lo más pronto posible, la toma de medicación indicada por el médico. Nunca esperar a ver si los síntomas pasan.

  • Esperar la respuesta a la medicación en una hora.
  • Si no hay mejoría o si la hay inicialmente pero vuelve a recaer debe acudir al médico de urgencia.

    Adaptado de: Fernández Carazo, C.. Proceso asistencial integrado de atención al asma infantil de Andalucía, 2003.

Para más información consultar:




Prevención del asma controlando el ambiente en casa

20


Cuando llega el frío: la claves es la prevención

Continuando con la serie de artículos orientados a la prevención de las enfermedades respiratorias que afectan a los más pequeños sobre todo en esta época de cambios estacionales marcados, hacemos referencia a un artículo publicado en el diario “La voz de Galicia” (12-11-2010) y derivado de la Agencia de Noticias EFE según el cual “la mitad de los niños de 2 años que van a la guardería cogen gripe”.

Según los datos de la sexta oleada del gripómetro, instrumento de medición del Grupo de Estudio de la Gripe (CEG) el 50% de los niños menores de 2 años que van a la guardería cogen gripe. El Dr. Ramón Cisterna director del CEG asegura que la cifra de menores contagiados es tan elevada porque “los niños son la principal fuente de transmisión del virus de la gripe, tanto en el domicilio como en la comunidad”, así como, probablemente, también son los responsables del “mantenimiento” de la enfermedad.

El gripómetro indica que el virus afecta al 35% de los preescolares, al 30% de los escolares y al 15% de los adultos. Con lo cual es imprescindible la puesta en práctica de todas las medidas de prevención posibles.

Algunos artículos publicados con anterioridad en este blog hacen referencia a las medidas de prevención, especialmente relacionadas con los niños (as) asmáticos, pues si bien, la gripe estacional afecta a toda la población, los niños (as) con hiperreactividad bronquial están expuestos a mayores riesgos cuando llega el frío y las gripes.

En relación a la efectividad de las medidas de prevención para el control de la enfermedad los expertos parecen no haber llegado a conclusiones unánimes.

Guía Informativa “Mi asma y yo”







“En el momento en el que se confirma que nuestro hijo (a) o nosotros tenemos asma, nos empiezan a surgir muchas dudas sobre si podremos hacer las mismas actividades, si tendremos que medicarnos continuamente, si podremos llevar una vida normal...”, en “Mi asma y yo” se intentan dar respuesta a esas inquietudes.

La Guía Informativa “Mi asma y yo” es un material educativo elaborado por profesionales del Sistema Sanitario Público de Andalucía y adaptado por profesionales de la Escuela Andaluza de Salud Pública. Forma parte de los recursos que emplea la Escuela de pacientes de la Consejería de Salud de Andalucía con la idea de mejorar la salud y la calidad de vida de las personas que padecen alguna enfermedad, especialmente para aquellas con una enfermedad crónica.


El objetivo de esta guía es ofrecer información, recursos y apoyo a los niños/as y adolescentes con asma, para que puedan conocer mejor su enfermedad y así tener un papel más responsable y activo ante ella.

Para descargar la guía, pincha en este enlace:

UN CUENTO PARA APRENDER A RESPIRAR.




El cuento “Cecilia controla su asma” de Javier Contreras, Mercedes Sanjurjo, Ana Malagón y Anabel Ochoa, tiene como objetivo, informar y ayudar, de forma lúdica, a niños y a adultos a controlar mejor las crisis de asma gracias a la descripción de una sencilla técnica de respiración y relajación inmersa en una historia infantil. Sin embargo, puede ser útil a todos: asmáticos y no asmáticos:

“Cecilia controla su asma” fue realizado en colaboración con la Fundación AstraZeneca, y presentado en el Hospital Universitario La Paz de Madrid, con motivo del Día Mundial del Asma, destacando la importancia que tiene la educación en el autocontrol-autocuidado, la prevención y la mejora de la calidad de vida de los asmáticos.

Para descargar el cuento pincha en:

Ejercicio Físico y asma infantil.

El ejercicio induce el bienestar cardiovascular y respiratorio de niños (as) y adolescentes, al tiempo que contribuye a mejorar su estado de salud general y es eficaz contra muchas patologías, como el asma.

Las nuevas guías de ejercicio físico (1) publicadas por el Departamento de Salud de Estados Unidos, recomiendan los juegos y las carreras al aire libre como ejemplo de ejercicio físico para los niños (as). Según estos especialistas, no se trata de que los niños (as) vayan al gimnasio, sino de que jueguen en el parque, corran detrás de un balón o salten a la cuerda.

El control de ácaros en la prevención del asma infantil.

Los ácaros del polvo son un desencadenante común para el asma.

Los ácaros del polvo son criaturas microscópicas que se alimentan de escamas de piel humana; prosperan en lugares cálidos y húmedos y son el componente principal del polvo casero. Hasta la casa más limpia tiene ácaros del polvo en la ropa de cama, la tapicería, las cortinas, las alfombras y los animales de peluche. Sin embargo, si se toman las medidas adecuadas pueden mantenerse bajo control y evitar que afecten la salud de los niños y la nuestra.




Algunas de las recomendaciones que pueden ayudar en el control de los ácaros son:

  • Limpie su hogar a menudo. Aspire la alfombra y la tapicería con un filtro de aire de alta eficiencia en el control de partículas suspendidas (filtro HEPA por sus siglas en inglés).

  • Considere quitar las alfombras, tapetes y muebles tapizados del dormitorio del niño (a)

Cinco pasos claves para controlar el asma.

Con el fin de concienciar a la población acerca de las cargas que supone el asma a quien la padece y de la posibilidad de tenerla bajo control, llevando una vida saludable sin limitaciones, la GINA (Global Initiative for Asthma)1 patrocina, anualmente (el primer martes de Mayo), el “Día Mundial del Asma”.

En los últimos años, las campañas de prevención se han desarrollado bajo el lema “Puedes Controlar Tu Asma”, por considerar que traduce el resultado de establecer las estrategias adecuadas que hay que emprender en la prevención y el control de esta enfermedad:

• Desarrollar una buena cooperación de los pacientes con sus médicos.

• Identificar y reducir la exposición a los factores de riesgo.

• Valorar, tratar y monitorizar el asma.

• Saber manejarse ante una crisis de asma.

En España, la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) a través del Grupo de Vías Respiratorias2, se ha sumado a esta iniciativa proporcionando materiales que pueden ser descargados por todas aquellas asociaciones de pacientes, centros de salud, hospitales y cualquier persona interesada en participar en las campañas de prevención y dar cobertura informativa al Día Mundial del Asma. De sus aportes y animados por sur esfuerzos de divulgación en la prevención del asma, especialmente en niños y adolescentes, les ofrecemos el siguiente cartel, en el que se resumen, en 5 pasos, “Como controlar el asma” y el cual puede ser de utilidad en cualquier momento del año.

Prevención del asma ¿por qué?

En nuestras últimas entregas hemos dedicado varios post a la prevención del asma. La razón de ello radica, por una parte, en la elevada frecuencia con la que esta patología afecta a la población infantil, especialmente en sus primeros años de vida y, por otra, a la posibilidad de controlar los factores que desencadenan sus crisis, si se aplican medidas adecuadas.




En la actualidad resulta indiscutible el papel que la educación juega en el manejo de las enfermedades crónicas, y el asma no es una excepción. Su protagonismo en el asma es tan relevante que muchos programas y planes de intervención son descritos por sus responsables como Programas Educativos. Se educa no sólo por el derecho de las personas a saber todo lo que necesitan acerca de su enfermedad, sino porque la intervención educativa en sí resulta una estrategia eficaz en el control a corto, medio y largo plazo del asma. La educación no es por tanto un complemento, un añadido o un extra en el proceso de intervención y seguimiento, sino parte fundamental del mismo.

El material que les ofrecemos, producto del trabajo de diversos expertos (pediatras, neumólogos, alergólogos, asociaciones, entre otros) tiene un propósito fundamentalmente educativo y de ninguna forma sustituye los consejos de su médico.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Juego y juguetes para el niño hospitalizado


A lo largo de nuestra vida, nuestro cuerpo sufre el envite de diversas dolencias de menor o mayor consideración. Desde la infancia, nuestros anticuerpos se enfrentan con diversas circunstancias que van, desde la más normalizada de las enfermedades como un -resfriado-, a amenazas más severas que ponen en peligro nuestra integridad. En esos momentos, el juego funciona, más que nunca, como un termómetro para nuestro estado, por un lado, y como auténtico revulsivo en el tratamiento y la recuperación por otro.

Esto es porque el juego, como ya se ha dicho en diferentes ocasiones, es el estado natural de la infancia. La mejor forma de comprender el mundo, transformarlo, estimarlo. La actitud lúdica en la infancia se convierte, cuando sobreviene la enfermedad, en una orientación sobre el efecto que ésta tiene sobre el niño o niña: que una criatura no tenga ganas de jugar puede ser un síntoma de que algo no funciona como debiera.

Por otro lado, cuando la dolencia ya ha hecho acto de presencia, el juego es un medio fantástico para:
  • Reír y disfrutar con el consiguiente efecto positivo sobre el sistema inmunológico.
  • Evitar el aburrimiento.
  • Aprovechar las capacidades de cada niño y niña para el juego como terapia contra la enfermedad.
  • Permitir que el niño exteriorice sus sentimientos y dé salida a sus miedos y angustias.
  • Permitir la participación del niño en actividades familiares o grupales que le permitan una relación social normalizada.

Cuando se produce una situación en la que un niño cae enfermo, la cotidianidad cambia. Los hábitos se modifican. Los alimentos, los horarios… e incluso la propia percepción del cuerpo.

Sensaciones más o menos desconocidas se suceden, el malestar se instaura en su vida y la conciencia de su estado puede modificar su comportamiento, ya sea simplemente porque no se encuentra bien, porque se anticipa y prevé un desenlace del mismo que le satisface más o menos o porque ve a su familia nerviosa y preocupada.

En esos momentos, se trate de una varicela o de un ingreso hospitalario por una enfermedad grave, el juego adopta un papel terapéutico para paliar los efectos de esa situación “extraña” en su vida. En el caso de las enfermedades llamadas comunes, es habitual que, al final, lo que quede es el recuerdo de estar en cama, entre aburrido y aliviado por no ir al colegio, mientras mamá trae zumos y caldo caliente, jugando con los muñecos, leyendo cuentos o durmiendo. Pero en enfermedades que requieren hospitalización, la situación es distinta. Y ahí es donde, más que nunca, hemos de potenciar ese efecto terapéutico del juego.

Afortunadamente, por parte del niño, incluso en momentos críticos, la actitud lúdica permanece y eso le ayuda a enfrentarse a sus circunstancias de una forma tan eficaz. En este momento es crucial que los adultos facilitemos las condiciones para que el juego sea posible.

La hospitalización es un proceso complejo para cualquier persona, pero posiblemente en el caso de un niño merece una atención diferenciada ya que se encuentra en una etapa que no dispone a su alcance de todos los recursos para entender y gestionar determinadas emociones y situaciones. La realidad del niño hospitalizado cambia desde aspectos más individuales como de aspectos más vinculados al entorno:

  • Su debilidad los puede volver apáticos y pasivos.
  • Se ven incapaces de reaccionar normalmente a los estímulos externos.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Prevención del asma frente a los fenómenos metereológicos


Pincha la imagen para aumentar el tamaño:
















Adaptado de artículo escrito por el Dr. Santiago Lapeña López de Armentia. Unidad de Alergia Infantil. Servicio de Pediatría. Hospital de León. (http://www.airosocuidadeti.com/).

Los niños asmáticos y la guardería

Muchas madres y padres se preguntan si es conveniente llevar a estos niños (as) a la guardería. Actualmente, las guarderías representan una necesidad para los padres, constituyendo el primer escalón en la formación social de los niños.

Es habitual que una gran parte de los niños (as) pequeños, presenten frecuentes infecciones respiratorias que obligan muchas veces a dejarlos en casa. Sin embargo, el enfrentarse a esas infecciones constituye una situación normal que ayuda al desarrollo del sistema defensivo de su organismo.

Diversos estudios científicos indican que los niños (a) que inician la guardería a los 6 meses presentan, a posteriori, una menor incidencia de asma. Las infecciones respiratorias frecuentes estimulan el desarrollo de sus defensas frente a las infecciones, retrasando o impidiendo el desarrollo de las defensas relacionadas con la alergia. Por otra parte, apuntan que los niños (as) pequeños que presentan infecciones respiratorias frecuentes pueden tener una mayor frecuencia de bronquitis, ya que los virus producen una inflamación de los bronquios que favorece la repetición de los episodios.

En general, los expertos aconsejan que los niños (as) con infecciones respiratorias de poca importancia (catarros) continúen con su actividad habitual y aquellos que presentan infecciones de mayor importancia (bronquitis obstructivas) se queden en casa durante un tiempo; aunque, finalmente, debe ser el criterio del pediatra el que debe prevalecer para tomar una decisión en cada caso particular.

Es importante recordar que en los niños de corta edad se emplea con frecuencia la palabra “asma” para definir una serie de síntomas típicos de los cuadros de obstrucción bronquial caracterizados por la presencia de sibilantes, tos y dificultad respiratoria. Sin embargo, la mayoría de estos episodios (aproximadamente 1 ó 2 de cada 5 niños (as)), aunque pueden clasificarse como asmáticos, son de carácter reversible.

Las sibilancias o sibilantes corresponden a un sonido silbante y chillón durante la respiración que se produce cuando el aire fluye a través de las vías respiratorias estrechas. En la mayoría de los niños (as) pequeños que presentan sibilantes recurrentes transitorios (que se repiten o vuelven a aparecer temporalmente), el cuadro está asociado a infecciones originadas por virus. Sin embargo, es fundamental que el médico realice un diagnóstico adecuado de su etiología (causa) e indique el tratamiento apropiado con el fin de evitar que estos episodios obliguen al ingreso en el hospital.

Adicionalmente al tratamiento con medicamentos que indique el médico, es clave el cumplimiento de las medidas de prevención con el fin de evitar situaciones de riesgo, controlar mejor el asma y conseguir una mayor calidad de vida para todos los niños (as).

RECUERDE:

Los niños (as) que padecen asma van conociendo y entendiendo, poco a poco, su enfermedad. Para ayudarles en este proceso se ha creado una página web (http://www.airosocuidadeti.com/)
donde hay juegos interactivos e información descargable para los padres y los cuidadores que les puede servir de guía en el cuidado de estos niños (as).
Sin embargo, su médico es quien mejor puede dar respuesta a todas sus preguntas y aclarar todas sus dudas acerca del asma de su hijo (a), consúltelo.




Adaptado de artículo escrito por el Dr. Santos Liñán. Unidad de Neumología y Fibrosis Quística. Hospital Infantil Vall d’Hebrón. Barcelona.

Asma y clima


Continuamos con el tema del asma tomando en cuenta, por una parte el momento de cambio estacional en el que nos encontramos y, por otra, la necesidad de prevenir las crisis asmáticas y sus consecuencias en los niños (as), especialmente por el repunte que estas tienen cuando comienza el frío.

Hay que mencionar que, aunque los desencadenantes más frecuentes de las crisis de asma en los niños (as) son las alergias, los catarros, los ambientes irritantes (tabaco, ambientes cargados) y el ejercicio físico, hay otros factores que pueden actuar de igual modo y, sin embargo, tienden a pasar desapercibidos: los factores climáticos (Ej: temperatura, humedad, niebla, viento, tormentas). Conocer la relación entre estos factores y los cuadros asmáticos puede ayudar a disminuir el riesgo de aparición de las crisis.

Durante el invierno el aire que respiramos es más frío, los niños (as) se acatarran más, hay más infecciones respiratorias y se reagudizan los cuadros asmáticos e incrementan las crisis.

Los bronquios de los niños (as) asmáticos están inflamados y son más sensibles a las variaciones en la temperatura y la humedad del aire, por eso, al respirar aire frío ya sea seco o muy húmedo o estar expuestos a cambios muy rápidos en la temperatura o la humedad (Ej: salir bruscamente a la calle) pueden actuar como desencadenantes importantes del cierre bronquial y por tanto de una crisis de asma.

Por otra parte, el uso excesivo de la calefacción durante el invierno hace que el aire tenga una menor humedad relativa (ambientes más secos) y que se incremente la diferencia de temperatura entre el interior y el exterior de las viviendas y, los bronquios sensibles a los cambios de temperatura reaccionaran con mayor sensibilidad cuanto mayor sea esta diferencia. Por ello, los cuadros asmáticos se descontrolan con más facilidad durante el invierno.

En cuanto a la relación entre la niebla y el asma, no se sabe si es la niebla la que actúa como desencadenante del cierre bronquial o son las partículas que van suspendidas en la misma; o si el efecto es debido a la mayor humedad ambiental que suele acompañar a la niebla, lo cierto es que cuando hay niebla los cuadros asmáticos aumentan en los servicios de urgencias.

Un riesgo en los países industrializados: El Asma


El asma es la principal y más frecuente enfermedad crónica entre los niños y adolescentes de la mayoría de los países industrializados. En España, afecta entre el 10 y el 15% de los niños (as) mayores de cuatro años, elevándose este porcentaje hasta el 30% cuando se consideran los niños de pocos meses a dos años, aunque en este rango de edad se habla de “síntomas asmáticos” más que de asma, debido a la imposibilidad de realizar, en niños tan pequeños, las pruebas funcionales necesarias que confirmen el diagnóstico de asma.

Los síntomas asmáticos, aunque pueden aparecer a cualquier edad, tienden a presentarse con mayor frecuencia en los primeros 5 años de vida, en particular (25% de los casos) durante el primer año de edad. Por tanto, representan los problemas respiratorios más comunes en la población infantil.


El asma se refiere a la inflamación de las vías respiratorias ante la presencia de una amplia variedad de desencadenantes (infecciones virales, alérgenos, ejercicio, humo del tabaco y aire de mala calidad) que dificulta la circulación del aire por los bronquios, provocando la aparición de tos, silbidos en el pecho y dificultad para respirar, entre otros síntomas.

La inflamación y obstrucción de las vías respiratorias se produce como respuesta o “hipersensibilización” ante la presencia de estímulos desencadenantes. Esta inflamación hace que los bronquios se contraigan y estrechen, de manera que el aire circula con dificultad por los pulmones y provoca la aparición de los síntomas asmáticos.

martes, 9 de noviembre de 2010

Como estimular la autoestima en la infancia


Tener una buena autoestima se refiere a “Quererse a sí mismo aceptando los propios logros y limitaciones”.

La autoestima incluye: el autoconcepto, la confianza en sí mismo y en los otros, el saberse querido, la aceptación del reto, la motivación por el logro, la superación de sí mismo y la capacidad de aceptar los propios fallos.

Cuando hablamos de la autoestima nos referimos al grado de aceptación de sí mismo, al grado de estima que se profesa hacia su propio concepto. Se trata de sentirse bien consigo mismo, con su propio proyecto de autorrealización.

Los niños (as), van construyendo el concepto de sí mismo a medida que van creciendo:

1. Van formándose una idea de quiénes son, si gustan o no, si son aceptados o no.
2. Van creándose expectativas acerca de sus posibilidades.
3. Van descubriendo el sentirse bien o a disgusto con lo que hacen.
4. Van construyendo un clima, un tono emocional y una predisposición a disfrutar con los retos de la vida; o por el contrario, a lamentarse y ver lo negativo.

A partir de este proceso constructivo, los niños (as) van a irse colocando en una de las dos posiciones emocionales básicas que llevan a los extremos de la autoestima:

1. Disfrutar, plantearse retos, ver la vida desde una perspectiva positiva, de trabajo, con curiosidad, con facilidad para la empatía, con recompensas, con visión creativa, intentando superar los problemas (Autoestima positiva) ...o, por el contrario…

2. Angustiarse, ser incapaz de ver lo positivo, abrumarse ante cualquier dificultad, retirarse ante situaciones que le resultan exigentes o le plantean retos, o paralizarse.

Así, poco a poco y desde la más temprana edad, se va moldeando el concepto de uno mismo, la emoción y el sentimiento hacia nuestra propia persona y, creando las bases que permanecerán en el tiempo. En este proceso, padres y educadores tienen un importante papel ya que la imagen que el niño (a) va creando acerca de sí mismo dependerá en gran medida del estilo educativo que empleen.


¿COMO AYUDAR A CONSTRUIR UNA BUENA AUTOESTIMA EN LOS NIÑOS?



1. Devolviéndole una imagen positiva y ajustada de sí mismo.
Viendo su aspecto positivo; sin “inflar”, ni exagerar ningún aspecto; aceptándole.

2. Motivándole a afrontar el conocimiento de lo que le rodea con curiosidad e interés. Creando un clima de descubrimiento agradable y positivo.

3. Reforzándole en sus logros.

4. No recalcando sus fracasos. Lo que ha hecho mal no se lo podemos presentar como algo que está bien, pero podemos relativizar su fallo.

5. Dándole la oportunidad de que se enfrente a los conflictos y ponga en juego sus habilidades para resolverlos autónomamente.

6. Criticando sus actos, nunca a su persona.
Cuando tengamos que limitar su acción, podremos explicarle que lo que ha hecho no está bien, que no nos gusta, pero diferenciando, claramente, su acción de su persona. Es decir, podemos decirle: "Eso está mal”, pero nunca le diremos: “Eres un desastre” o “Que malo eres”.

7. Asegurándole nuestro afecto incondicional, independientemente de sus logros y de su comportamiento.
El niño necesita sentirse seguro y querido por sí mismo.

8. Evitando los castigos.

Se ha demostrado que aunque el castigo parece servir, a corto plazo, para regular la conducta, es totalmente inútil para generar cambios a mediano y largo plazo. A corto plazo puede servir, momentáneamente, pero sin permitir interiorizar el sentido de la norma, generando daño en la propia estima, dolor emocional, resentimiento hacia la persona que castiga y deseo de vengarse, volviendo a transgredir cuando no se es visto.

9. Facilitando al niño (a) una salida “airosa” de los conflictos.
Cuando a un niño (a) se le niega algo que quiere o se le impide que lleve a cabo una acción determinada es conveniente ofrecerle y ayudarle a tomar una opción alternativa e incompatible con la anterior; que sea adecuada, que respete la norma y que, de ser posible, elija entre varias.

10. Permitiéndole la expresión de sus sentimientos.
Las emociones personales son el último reducto de la intimidad. Se debe evitar enseñar a los niños a disfrazarlas desde pequeños. Se puede exigir un control sobre la acción, no sobre la emoción. En un ambiente afectivo adecuado las emociones irán madurando positivamente.

Todo esto supone mirar a los niños (as) con respeto y afecto; con una visión libre de los temores y esperanzas propias de los adultos; reconociendo sus capacidades, reforzándolos en sus logros; ayudándolos a identificar y solucionar sus dificultades y permitiéndoles descubrir “lo que hay de especial en cada uno de ellos”. Esta es la piedra angular de la autoestima.